LLENO EN ALMENDRALEJO.
Tras un aplazamiento y una suspensión, ambas por adversidades meteorológicas en la pasada feria de Olivenza, por fin llegaba esa reaparición de Morante que tanto esperaban los aficionados taurinos. Con la baja a última hora del maestro José María Manzanares aparecía ocupando su lugar el diestro Borja Jiménez, con lo que se volvía a presentar el mismo cartel que estaba anunciada para la suspendida corrida de Olivenza.
Poco a poco el público fue llenando el coso almendralejense, con demasiada parsimonia, hasta el punto de tener que retrasar el comienzo del festejo en cinco minutos para dar tiempo a que el respetable estuviera cada uno en su localidad perfectamente ubicado.
EL público se encontraba expectante ante la reaparición de José Antonio Morante de la Puebla tras su cierre de la pasada temporada antes de lo esperado por todos. Los tres toreros y los «juanpedros» tenían al publico ilusionado y esperaban una gran tarde de toros, al cambiar los capotes de paseo por los de lidia el respetable le brindó a Morante una cálida ovación que el diestro sevillano hizo extensible a sus dos compañeros de cartel al compartirla con ellos.
Con el primero de la tarde Morante comenzaba lanceando con el capote muy toreramente, el toro perseguía el percal de José Antonio con celo y codicia, haciendo que los lances capoteros hicieran brotar los primeros oles de la tarde por parte del público. El toro de la ganadería de Juan Pedro Domecq tenía más presencia que fuerzas y Morante toreaba con mucho tiento para que el toro no se fuese al traste. Muletazos asentados, bien trazados y con una buena dosis de entrega por parte del diestro hacían parecer al toro mejor de lo que en realidad era. Con una estocada entera y de buena colocación, quizás mínimamente desprendida, fue más que suficiente para hacer rodar al toro y que el diestro del baratillo recibiese los dos primeros apéndices de la tarde.
En el segundo de su lote Morante hizo una de sus «Morantadas», con el capote recibía al de Juan Pedro, un toro bronco, desrrazado y de lidia difícil. Dos puyazos recibió el de Domecq, cosa que protestó el público por la duración de los mismos y por la intensidad empleada por el varilarguero a la hora de meter las cuerdas. Un trabajoso tercio de banderillas dio paso al intento de faena que Morante realizó con su segundo de la tarde, unos muletazos de prueba por lo alto, otros tantos para barrerle el lomo al toro y Morante colocó al toro para estoquearlo, tal era la claridad que tenía el sevillano de que la faena iba a ser corta que cuando inició la faena no montó la ayuda para torear y si traía montada de inicio el estoque de muerte. Un espadazo de mala colocación que resultó ser un pinchazo hondo fue suficiente para tumbar al de Juan Pedro. Pitada y bronca monumental para Morante por parte del respetable que en esta ocasión tenia toda la razón para recriminarle la faena.
Por su parte Emilio de Justo recibía al primero de su lote con un muy buen saludo capotero, veronicas y chicuelinas bien administradas y con muchísima torería hacían al público disfrutar desde el tendido. Unos rápidos y aseados tercios de varas y de banderillas dieron paso al ultimo tercio, Emilio brindó el toro al diestro Morante de la Puebla por esa esperada vuelta a los ruedos. El de Juan Pedro dio un cierto juego en la muleta de Emilio, la condición de poco codicioso hacía que no fuese el mejor toro para el lucimiento, tuvo que emplearse a fondo el de Torrejoncillo para sacarle las tandas de muletazos al natural que llegasen al tendido, dos tandas fueron las que consiguieron que Emilio extrajese todo lo que podía entregar el toro, un pinchazo y una entera de buena colocación y una oreja de premio para el Cacereño.
En el segundo de su lote Emilio se fue a portagayola para recibir a su contrincante, buen ramillete de lances capoteros con las manos muy bajas hicieron un esmerado saludo capotero. Un buen tercio de rehiletes, rápido y sin complicaciones dieron paso al ultimo tercio de la faena, brindis al publico por parte de Emilio y un muy buen comienzo de faena con el toro, abriéndole los caminos, mandando y exigiéndole al toro con la muleta, una gran faena con la muleta tanto por la derecha como por la izquierda que al final fue deslucida por el uso de la espada, un pinchazo hondo y cuatro descabellos fueron los que necesito Emilio para tumbar al ultimo de su lote, aún así, oreja para el diestro como reconocimiento a la entrega y al esfuerzo mostrado.
Borja Jiménez recibía a su primero con unas verónicas bien administradas, lanceando con muchas maestría y jugando muy bien las manos. Tercio de varas y de banderillas rápidos y sin incidentes. También brindó Borja su primero toro al diestro sevillano en su regreso al los ruedos, Borja comenzó su faena agarrado a las tablas, doblegando al toro con la muleta y exigiendo al toro su entrega. Tandas con la derecha asentadas, bien aplicadas y con mucha torería, con la izquierda el animal era más protestón y soltaba la cara más que por el otro pitón. Una estocada entera hacia rodar el de Juan Pedro y una oreja recibía Borja como trofeo.
El segundo del lote de Borja resultó ser un toro suelto, abanto y con muy poca fijeza, prácticamente el saludo con el capote fue nulo y en el tercio de varas hubo que picarlo con el caballo que guardaba la puerta, tercio de banderilla de mucho oficio y complicado, Borja decidió brindar al público, cosa que muchos nos entendían dada la condición que estaba mostrando el toro. Sometió al toro con la muleta, tanto por la derecha como por la izquierda, sacando más de lo que todos esperaban de ese toro. Faena de oficio y tesón que Borja rubricó con una estocada en todo lo alto para conseguir las dos orejas como trofeo.
Al cierre del festejo los tres toreros salieron a hombros, pero el público no olvidaba la poca predisposición con el segundo de Morante, pitándole durante toda la vuelta al ruedo del sevillano. ç